La historia de cómo se introduce el cero en los sistemas de numeración y en las matemáticas me fascina. Como saben algunos lectores me dedique durante un tiempo a investigar a fondo las matemáticas babilonias, las cuales son -en gran medida- la base de la aritmética actual, así como el punto de partida de la geometría y la trigonometría (para pedantes: en estos dos últimos puntos hay muchas interpretaciones). Los babilonios usaban un sistema numérico en base 60 y como no introdujeron algo paracido al cero hasta aproximadamente el siglo V a.C., se podían confundir números como 35 y 305. Sin embargo, las tablillas babilonias pueden interpretarse con facilidad si se está entrenado y se sabe lo que se maneja, que era lo habitual entre los escribas de la época.
Aunque está documentado que los mayas utilizaron un símbolo para el cero (con ciertas limitaciones), el cero actual proviene del sistema numérico indio. Será Abu Ja’far Mujammad ibn Musa quien, en su obra «Tratado de la adición y la sustracción mediante el cálculo de los indios», cite por primera vez el cero como elemento básico en el sistema de numeración decimal.
Curiosidad para filólogos: el vocablo «cero» proviene de la traducción del sánscrito shunya (vacío) al árabe sifr (صفر).
Vale, todo es una excusa para poner estos dos divertidos vídeos para churumbeles y otro para adolescentes, que tengo que recurrir a Bart Simpson en las ocasiones en las que mis alumnos olvidan la tabla del cero. Esto no es una broma, cuano aparecen ceros en las ecuaciones les supone un problema. Típica situación en clase:
– Eugenio, me queda 0x, ¿qé hago?
– ¿Qué le dice Bart Simpson al director Skinner si quiere que desaparezca?
– ¡Ah!, la x se va.
– Eres un fenómeno 🙂
Hace bastante tiempo lancé un «enigma cuneiforme», ¿te atreves?: http://www.cienciaxxi.com/2009/01/calculadora-en-notacin-cuneiforme.html