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Cierta conocida casa de hamburguesas ha lanzado una campaña en la que una hamburguesa simple vale 1 €, una doble 2 € y una triple 3 €. Da la impresión de que que nos encontramos ante una oferta, pero no lo es. Basta con ver la imagen para entender que sale más caro comprar una triple que tres simples, pues con las tres simples ganas cuatro rebanadas de pan y dos raciones de verdura. Matemáticas y psicología para persuadir al consumidor.

 

 

Historia de un torito bravo

Ya hace bastante tiempo que enlazábamos en Ciencia en el XXI un vídeo en el que el experto en museología científica Jorge Wagensberg se lamentaba del desaire que se hacía al hecho científico de que el toro es un mamífero y, como tal, sufre y siente dolor. Digan lo que digan los amantes del toreo. Que los toros tienen terminaciones nerviosas es una evidencia. Pero vamos, tampoco hay que ser zoólogo, con ver una corrida cerquita del albero se escuchan los gritos del toro.

 

Hoy me llega un vídeo gracias a un amigo vía facebook. En vez de contar la historia, lo mejor es insertar el propio texto que acompaña al vídeo:

«Lo compré a la ganadería Domecq, y estaba destinado a ser toreado en Barcelona. Cuando les pregunté si era difícil educar a un toro me contestaron : « Si lo cuidas bien, verás que es incluso más fiel que un perro ». Esto demuestra que ellos saben bien el tipo de animal que tienen y que mandan a las corridas.»
Son las palabras de Christophe Thomas, un joven granjero francés que hoy vive felizmente con Fadjen. El realizador Pablo Knudsen ha captado estas imágenes de su hermosa amistad y su vida en común, para disfrute de los amantes de los animales y antídoto contra los prejuicios extendidos por los aficionados a la tauromaquia.

Se ha escuchado muchas veces el argumento de que los toros bravos sólo sirven para dar cornadas, que han nacido para ser eso, bravos. Aquí hay una prueba de que los toros, como los perros, como los humanos, pueden sentir cariño. Si te gusta mucho una cosa es muy difícil abandonarla, ¿y si te dan motivos razonables? Yo fui un amante de las corridas de toros (recuérdase mi historia de la falacia del traje de luces) y en Cataluña todo esto ya es historia. Si eres un españolito de pro te siguen gustando las corridas de toros, me parece bien, cada uno es libre. Pero no digas que el toro no sufre, pues pondré un [sic] al final de tu frase.

 

Aquí dejo como complemento un pequeño reportaje realizado en torno a la figura de Christophe Tomas:

Toreros, cornadas y pérdida de lectores

Tal como dice el final del título, espero perder lectores con esta entrada, al más puro estilo mimesacojea.

En primer lugar, todos mis mejores deseos de recuperación a Juan José Padilla, con el cual posiblemente tenga alguna amistad en común (él es jerezano y yo vivo en Rota, además somos casi de la misma quinta). Así que, espero que no se tome esto como un motivo de mofa ni nada por el estilo (la prueba está en que no enlazo vídeos ni fotografías de la cornada). Juan José, mejórte y que estés pronto en pie.

Dicho esto entremos en faena, nunca mejor dicho. Aunque sólo quería escribir dos líneas para invitar a la reflexión entre los lectores. De pequeño era aficionado al toreo pero con los años me he ido distanciando de esta dudosa fiesta nacional. Sobre todo porque he entendido lo que es la evolución y que toros y humanos son hermanos desde el punto de vista evolutivo. Incluso somos hermanos del virus del ébola y de una mofeta. Con el tiempo he aprendido a respetar a todo ser viviente, a no aniquilar gratuitamente. Incluso me molesta cuando un alumno mata una mosca o estruja una lagartija, aunque no me la dé de San Francisco Asís. Anoche, sin ir más lejos, estuve viendo un documental sobre el barrio de Torreblanca en mi Sevilla natal y un sujeto enseñaba los gallos que echaba a pelear. Me pareció atroz.


Cualquier ser vivo merece mi respeto, un brócoli también. «Broccoli bunches» por Taken by
fir0002 | flagstaffotos.com.au
Canon 20D + Tamron 28-75mm f/2.8

Trabajo propio. Disponible bajo la licencia GFDL 1.2 vía Wikimedia Commons.

El caso es que el ser humano mata. Mata animales y arranca plantas, como el resto de seres vivos. Pero esta modalidad de asesinato es necesaria. Es supervivencia. Punto. O me como un pollo y una lechuga (por decir algo) o muero de inanición. Otra historia es la de los vegetearianos, de los cuales conozco a muchos y merecen todo mi respeto. Aunque para mí, desde el punto de vista de ADN, lechugas, pollos y humanos están al mismo nivel. Me parece igual de digno o indigno comer un cerdo que una rúcula, pues los pilares básicos de su existencia son los mismos. La ciencia ha demostrado hoy esto y mucho más, aunque hay algunos -llámense creacionistas- que no se enteren.

Matar por diversión es otro asunto. He llegado a detestarlo. Aunque grandes amigos míos amen el toreo, se lo digo abiertamente. Lo más curioso viene en casos como el del diestro de moda, Padilla. El país se sobrecoge por una cornada brutal. Y ahí van mis preguntas para la reflexión:

 

1. ¿No podemos sobrecogernos cuando el toro es atravesado por las banderillas?

 

2. ¿No podemos sobrecogernos cuando el toro es atravesado por la espada?

 

3. ¿No podemos sobrecogernos cuando el toro es rematado por el puntillero?

 

Para mí, estamos al mismo nivel, y si no lo ves así, no entiendes lo que nos presentan hoy en Amazings. El problema es que vivimos en la España de los dos cojones, y no sabemos lo que es que te claven una espada en la espalda. Por favor, no me vengan con la historia manida de que el toro de lidia se extinguiría: ¿si la raza humana estuviera en peligro de extinción dejarías que te torearan? (y esta es la cuestión 4). De paso, podemos hacer corridas de linces ibéricos para que no desaparezcan, ¿no?

 

Finalmente, como dice Wagensberg, «no es admisible un espectáculo que se basa o que requiera el sufrimiento de un ser»:

 

NB 1: esta es la única entrada desde 2007 en la que permitiré insultos al autor, puesto que se entenderán como un éxito de la misma.

NB 2: 20 Respuestas antitaurinas, en Ciencia al día. Y la segunda parte.

NB 3: Hay un libro en Laetoli titulado A favor de los toros, el cual defiende la eliminación de las corridas de toros. Su autor es Jesús Mosterín.

"El toro sufre", me voy de vacaciones

Actualización: no se permiten más comentarios anónimos insultando a nadie por una idea. Si se quiere dar una opinión, que se dé con argumentos. Y no, no vale al argmento ad hominem.Esta no es una entrada sobre política, es una entrada sobre ética animal.Mi inactividad es más que evidente, y será así durante el mes de agosto, aunque igual escribo algo de modo esporádico. Estoy empezando a plantearme dejar el blog, puesto que no sigo el nivel de periodicidad de hace dos años. A ver si mi resto de verano me hace asentarme un poco
Y me voy con buen sabor de boca: se apruba la prohibición de las corridas de toros en el Parlamento de Catalunya, por 68 votos frente a 55. [No estoy en contra de los toros, me parecen unos animales hermosos, estoy en contra de putearlos].Y no voy a discutir mucho el tema, porque el toro sufre, por muchas vueltas que queramos darle. Sólo decir que hay que mirar las tradiciones de uno desde fuera, no desde dentro de nuestra cultura. Vemos algunas acciones en paises extranjeros como barbarismos y las nuestras no sabemos evaluarlas porque se nos presentan entre las cejas. La ciencia sirve, y mucho, en estos casos. Y si no, que se lo digan a Jorge Wagensberg: «¿Esto no duele? Esto, duele» 

Actualizacion. unos tuits para celebrarlo: