No discutas con frustrados

Me tomo la licencia de copiar más abajo -tal cual- el decálogo de mi amigo José A. Pérez Las diez maneras de detectar a un frustrado, para llevármelo a mi propio campo. En general, los partidarios extremistas de las pseudociencias pierden los nervios con rapidez y en vez de discutir sobre los argumentos, alegan insuficiencias en la personalidad del contrario, llegando al insulto y la descalificación (en archiconocido argumento ad hominem). No dudo ni por un momento que se trata de un problema de debilidad mental, un problema psicológico, por eso no me gusta reírme de este tipo de personas. Personas que no entienden el funcionamiento de la ciencia y del conocimiento en general y que caen en el argumento ad ignorantiam y en vez de reconcer que es imposible conocer todo, acaban frustrados. Yo mismo soy un ignorante de muchos temas, por eso me gusta la ciencia e investigo cada día, pero no invento conspiraciones ni me creo el primer power point que llega a mi buzón de correos. Lo mejor es, simplemente, no discutir con este tipo de personas.Sin duda, la forma de detectar a un amante de la pseudociencia viene por el punto cinco:

 

5. Tiene una posición formada acerca de cualquier cosa, siempre basada en opiniones de terceros, desde la política interna de Zimbabwe hasta el software libre.

Es además un signo de inmadurez, la típica reacción de adolescente y su necesidad de definirse y mostrarse ante los demás como un yo único, un modo de intentar mostrar que se sabe todo y que todo se tiene muy analizado y razonado. Hagámosno un favor, tengamos sentido del humor, riámonos de nosotros mismos, seamos humildes no teniendo tantas cosas tan claras en la vida, no pensemos que el mundo conspira para fastidiarnos, no culpemos a los demás de nuestros fracasos y, sobre todo, discutamos sin insultarnos. Se aprende mucho de esta manera.

6 pensamientos en “No discutas con frustrados

  1. Pues si tratas alguna vez con creacionistas americanos descubrirás la excepción que confirma la regla. Verás como empienzan a traspapelarse los papeles del científico mientras el pelo engominado del creacionista entrenado (un pareado) se queda perfectamente en su sitio.Un saludo

  2. me parece que habla usted sin conocer algunos puntos de la historia moderna que podrían cambiar su opinión sobre la frustración.Le recomiendo que estudie, seriamente, y desde las leyes de la física, el derrumbe de las torres gemelas en el 11-s, y compare la versión oficial con los hechos. (vea el documental , por ejemplo, 911 Mysteries, entre otros muchos)Es posible que así cambie su forma de entender la "frustración". Un saludo, Mario

  3. Es curioso, yo siempre me he definido como un frustrado. Pero esto rompe un poco mis esquemas. Pensaba que el frustrado era el que no paraba de sufrir decepciones y frustraciones, (sociales, laborales, afectivas y demás…) Pero lejos de volverme un orgulloso prepotente, lo que cojo es unas depresiones bastante fuertes. He conocido a varios que coinciden con la lista de factores que señalan al frustrado. Y son bastante felices. Supongo que es como dicen en Matrix; "La ignorancia es la felicidad". Sin embargo a los que esto no nos vale ¿que es lo que nos queda?…

  4. Hombre, yo no pondría a (todos) los profesores unviersitarios en ese saco de frustrados.Yo estoy currando en un tema, y trantando de ser profe univ. en ese mismo tema, pq me gusta la investigación (o lo que es lo mismo, me gusta "pensar" y "leer").Ahora que igual soy un frustrado y no me he dado cuénta….. hmmmmmm…… Pero a mí me gustan las delgaditas….. 🙂

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