¿Compartirías habitación con un sidoso?

Veinticinco años desde que se descubrió el SIDA y mi conclusión es: me estoy haciendo viejo. Recuerdo perfectamente el anuncio de «Póntelo. Pónselo», y es del año 90. Mi adolescencia fue crecer rodeado de la idea de que los homosexuales y toxicómanos transmitían la enfermedad. Afortunadamente, hoy la percepción y el conocimieto sobre sida ha cambiado muchísimo. Al menos la ciencia ha encontrado sus cauces de contagio, sus mecanismos, sabe enfrentarse a ella en alguna medida. El avance ha sido espectacular.

Estuve de voluntario unos seis años en un centro de enfermos terminales de sida, terminales porque en aquella época la mortalidad era astronómica. Hoy, es una enfermedad crónica con la que se puede vivir. Hoy ya no acecha el miedo por las esquinas, se sabe cómo se puede contraer y qué tipo de vida se puede llevar. En mi época de voluntario, mis compañeros no querían ni quitarse la camiseta delante de nadie, pensaban que por el sudor se podía contraer. En el instituto me miraban raro porque andaba con «sidosos», como decían los propios enfermos, y no es despectivo. Y esto era lo mejor, los propios enfermos bromeaban sobre su enfermedad; una de las chicas (murió consumida por la inanición) solía decir de broma «a que te pego un bocao y te pego las siete cosas«. Es cierto que en aquel centro, y en aquella época, se trataba de toxicómanos, homosexuales y prostitutas. Nunca he vuelto a aprender tanto de alguien.

Allí vi muchas muertes, perdí a muchos amigos. Desahuciados. Apartados por la sociedad.

¿Realmente hoy ha cambiado esto?, ¿compatirías habitación y baño con un sidoso?

Hacía tiempo que no sentía ganas de llorar.

18 pensamientos en “¿Compartirías habitación con un sidoso?

  1. No poner un comentario aquí despues de leer esto, me parecería bastante mal. Pero ante lo que has dicho, mi única respuesta sería un silencio para meditar lo que has dicho y asimilarlo. No sabría hacer un buen comentario.** Silencio ** (pero estoy aquí)

  2. Hace años leí acerca de un experimento psicológico: un grupo de empresarios era sometido a una batería de preguntas intentando evaluar el riesgo ( económico) que eran capaces de asumir. Se les planteaban una serie de posibles inversiones y se les pedía que, previo análisis del riesgo que creyeran ver en dicha operación, dijesen si aceptarían ó no realizar dicha inversión. Realizado el test, se les entregó un informe psicológico dando por finalizado el experimento. Lo que no sabían era que dicho experimento no había terminado. Dos años más tarde, y sin que ellos lo supieran ( Al menos no todos, alguno parece ser que se dio cuenta), en el entorno real de su empresa u organización, se les provocó una situación análoga ( Y aparentemente real) a la del experimento. Alguien les hablaba de una posible y muy rentable inversión, viendo entonces cuantos estaban dispuestos a invertir y viendo que riesgo ( aparentemente real) evaluaban. El objetivo real del experimento era medir las diferencias entre el riesgo que se dice estar dispuesto a asumir, y el riesgo que de verdad se asume. Practicamente todos se volvieron más conservadores cuando se trataba de ( aparentemente) su dinero real.Con la pregunta que haces pasa lo mismo: no importa lo que se opina, importa más lo que se haga en realidad si uno se enfrenta a dicha situación. En mi caso, conozco, no personalmente, pero sí indirectamente a cierta persona que trabajó con enfermos de sida, y sí, era fácil ver que su cara reflejaba el sufrimiento que veía a diario. Yo, sinceramente no estoy seguro en este momento de lo que haría, y ante la duda, ante mi propia duda, prefiero no opinar abiertamente en un sentido ó en otro. Saludos.

  3. ahskar:sinceramente, gracias.juanjo:qué razón tienes, qué inteligencia demuestras, el problema es que algunos te tildarán de querer eludir respuestas, yo no estoy de acuerdo.

  4. Todavía existen miedos, te lo puedo asegurar. Trabajé dos años como voluntaria en la ludoteca de la planta de Pediatría y en una ocasión llegó una niña con SIDA. Mi compañero tuvo la feliz idea de ponerla en una mesa aparte, totalmente separada del resto de chicos, y no se quería acercar a ella. Casi me lo como allí mismo. Veo que sabes bien que un voluntariado es una oportunidad magnífica de aprendizaje y superación personal :)Yo, sabiendo lo que sé, no tengo miedo a compartir habitación 🙂 Dicen que la información es poder, cuando sabes lo que hay, cuando estás informado, no tienes miedo…

  5. «Con la pregunta que haces pasa lo mismo: no importa lo que se opina, importa más lo que se haga en realidad si uno se enfrenta a dicha situación.»Completamente de acuerdo.Me ha llamado la atención el video, supongo que debido a mi juventud, desconocía completamente la visión que tenía la sociedad del SIDA.»¿Realmente hoy ha cambiado esto?»Yo creo que afortunadamente si, la sociedad avanza, mi opinión de la enfermedad es completamente diferente a la que, por lo que dices, tenías a mí edad Eugenio. Muchas veces, es inevitable tener prejuicios o cierto miedo a lo que para tí es desconocido. De ahí que estoy de acuerdo con juanjo, ahora mismo no te sé responder a la pregunta. Lo que nunca haría sería marginar o algo similar a una persona con SIDA. Lo mejor, prevenir y usar preservativo. Y para los enfermos de SIDA, que se siga mejorando los medicamentos, y esperemos que algún día, se encuentre una cura.Hoy día, por curiosidad, ¿cuál es la media de años que se puede vivir con la enfermedad? Un saludo,

  6. Perdón, el anterior soy yo, que le he dado sin querer a publicar.»Estuve de voluntario unos seis años en un centro de enfermos terminales de sida»Permíteme decirte que te admiro Eugenio, hay que tener un par y ser una bellísima persona para hacer eso. Ya lo tenías, pero al leer eso te has ganado aún más todo mi respeto.Un saludo,

  7. No digas esas cosas, Andercillo, que me sonrojo. Es muy fácil de explicar, era joven y alocado. Buen corazón tiene el que entrega su vida entera, lo mío son ratitos libres.sophie, de vergüenza lo de tu compañero, menos mal que tú te espantaste, eso es solidaridad, tener la capacidad de espantarse.Hoy ser enfermo de sida no es mortal, es una enfermedad crónica. Por decirlo de alguna manera (sophie debería ayudarme en esto) puede vivir con la enfermedad igual que una persona normal con la única diferencia de que tiene que estar toda su vida medicándose.En los primeros tiempos los enfermos de sida moría de infecciones, de un resfriado, se quedaban sin defensas. Cuando yo estaba resfriado no me permitían ir al centro porque podía contagiar a algún enfermo, debíamos tenerlo todo muy limpio. Los primeros antiretrovirales eran poco efectivos.

  8. El SIDA ha pasado de ser una enfermedad mortal a ser una enfermedad crónica. He estado haciendo prácticas en una consulta de Hepatitis C y SIDA y he visto a personas que llevan 20 años con su enfermedad y tienen una calidad de vida aceptable a pesar de los efectos secundarios de los antirretrovirales. Hacen su vida normal, pendientes de su medicación y de no exponerse a coger infecciones ni consumir alcohol (más que nada porque muchos llevan asociados SIDA y hepatitis C, con lo que deben cuidarse el hígado). En general, visto desde fuera y cerca, tengo la impresión de que pesa más el estigma social, con todas las letras, que la enfermedad en sí, y ese estigma es por falta de información, mucha campañita de «póntelo-pónselo» pero no se resuelven dudas acerca del SIDA y el VIH ( ¿me puedo contagiar por besarle?¿qué pasa si compartimos cuarto de baño? Anda, sin querer he bebido de su vaso, ¿me puedo contagiar? etc). Y no, el que tiene SIDA no se le ve en la cara,ni tiene mal aspecto, como muchos piensan, ni suele ser alguien que se dedique a pincharse o irse de putas ni es homosexual.

  9. Gracias Sophie por la información. Si que es cierto que muchas veces más que una campaña de prevención, tendrían que ser campañas de información para que se sepa qué es el SIDA, cómo puede contagiarse, etc…Un saludo,

  10. Puede sonar muy duro, pero yo creo que no lo haría. Y, entiéndeme, estudio biología y comprendo perfectamente los aspectos patológicos de la enfermedad, estoy informada de todo eso que se supone que la gente de la calle no. Pero si me miro a mí misma, sinceramente, no creo que lo hiciera. Siempre te queda un resquemor… Hay que tener los huevos muy cuadrados para hacer algo así. No conozco a nadie capaz de hacerlo. Que tú lo hicieras, bueno… dice mucho de tí. No voy a pelotearte ni nada por el estilo, pero impresiona.

  11. Sigo dándole vueltas a la pregunta, y no había leido el último comentario, de Jezabel. Yo me replantearía la pregunta, viéndola en varios casos distintos:a) «¿Compartirías habitación con UN FAMILIAR DIRECTO TUYO, sidoso?».b) «¿Compartirías habitación, por ejemplo en un hotel durante un viaje de negocios ó durante un congreso científico con alguien a con no conoces de nada pero que te dice, valientemente, que es sidoso?».c) «¿Compartirías habitación con alguien que es sidoso y NO TE LO DICE, aún cuando tiene buen cuidado en que no exista ninguna posibilidad del más mínimo riesgo?»Entiendo que los riesgos ó la ausencia de dichos riesgos es del mismo carácter en todos los casos. Sin embargo, al menos en mi caso, no tengo duda de que en el primer caso podría más el sentimiento que el riesgo, pero en el segundo caso me lo pensaría mucho. En cierto modo, en el tercer caso tenemos todos posibilidades de estar. Los enfermos de sida no llevan (afortunadamente) ninguna «marca» que los distinga, y compartimos a diario, no habitación, pero sí asiento en un bar, ó en el cine ó en múltiples sitios con personas a quienes no preguntamos si son ó no enfermos de sida. ¿Porqué pués en el segundo caso que planteo es cuando más dudas surgirían? ( A mí mismo incluido, no voy a ser cínico en esto). Creo que es válida la afirmación de Einstein: «Es más fácil desintegrar una partícula, que un prejuicio».Saludos.

  12. juanjo:la verdad es que tal como lo planteas es aún más complejo, me gustan las opciones.Mira, mi problema es que si voy a un congreso y me dan a compartir habitación con alguien que no conozco posiblemente me negaría, tenga sida o no. Pero no es por escrúpulos, simplemente soy reservado, tengo que conocer un poco a la persona. Una vez que lo conozca me da exactemente lo mismo que tenga sida o no.Lo dicho, me resultaría difícil compartir habitación con alguien en un congreso. A no ser que el compañero se llame Shakira.

  13. Anónimo:Suena mal según quién la diga y cómo la diga. Y según los prejuicios. A mí no me suena mal, porque no sé qué tiene de malo. No tiene por qué ser despectiva y, para mí, no lo es.

  14. No hay manera idónea de referirse a alguien que padezca una enfermedad con connotaciones tan aprehensivas, incluso seropositivo es una etiqueta desafortunada, pero insisto en que sidoso es si cabe, no porque tu no lo sientas así, una palabra acuñada desde el inicio con bastante carga peyorativa.

  15. Pingback: El «sidoso» del DRAE |

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