El que sea profesor entenderá lo que digo. Te has llevado unos veinte minutos escribiendo fórmulas en la pizarra, dando aplicaciones y con un pequeño experimento que te has llevado a la clase. Acabas de terminar, casi con lágrimas en los ojos de la gran exitación y el setimiento de realización tan grande. Entonces miras a tus alumnos, esperando miradas de aprobación y de interés ilimitado.
Y sólo ves niños pintando, mirando hacia atrás, trasteando en la agenda, mirando el techo. Algunos incluso se introducen el dedo en la nariz y miran lo que se han sacado.
En ese momento hay que darle al interruptor de esta magnífica maquinita. Juan Palomo.
Vía: MAKE: technology on your time, un objeto de Lainkingland
Le falta frecuencia, y hacerlo de forma asincrona para simular varias personas palmeando. Pero igualmente puede sevir como indirecta…
No hombre, no seas así, ya que no me aplauden déjame que me haga ilusiones.
Claro, claro. Precisamente eran sugerencias para hacerlo más real.En más sencillo, hay aplaudidores que suenan al sacudirlos. Constan de una vara rígida -que hace las veces de mango- acabada en mano, inmóvil. A ambos lados, y sujetos por gomas a la altura de la muñeca, hay otras manos que al sacudirlo chocan contra la central, produciendo un ruido bastante similar.
Totalmente identificado contigo Eugenio, yo quiero otro cacharrito de esos… jejejeje 😉