Lo que ocurre cuando ordenas los viejos apuntes de la carrera

Leyendo la entrada ¡CUÁNTO DAÑO HACE INTERNE! en A bordo del Otto Neurath me ha venido a la cabeza el último viaje que hice a La Línea.

Hace poco más de un mes tuve que ir al piso de la playa de mis padres. Una de las razones (además de visitarlos, no me tachen de insensible) recaía en recuperar mis apuntes de la carrera de fisica. Unos quince AZ (los archivadores esos gordos) y alguna que otra asignatura encuadernada por mi padre a la antigua usansa (cosido y con cola).

Cuando llegué a Rota y les busqué ubicación me dio por ojearlos un poco. No hace ni cinco años que terminé la carrera y, cuando veo algunos de mis propios folios, hay cosas que me suenan a chino. Rastreé allá por los apuntes de electrodinámica clásica y me espanté al ver el cálculo con diadas y el tensor campo electromagnético; viajé por los apuntes de cuántica y me consideré incapaz de encontrar ningún estado excitado de un pobre electrón perdido por los inhóspitos alrededores de un simple átomo de hidrógeno; me dio por mirar geometría diferencial y con tanta ecuanción de Frenet y tensores covariantes casi me vuelvo tarumba; quise recordar cómo se resolvía cualquier ecuación de onda (la del tambor, por qué no) y me patearon el hígado las malditas condiciones de contorno. Y me dispuse a buscar el montaje de un telescopio: me invadió una tremenda pereza el analizar el trazado de rayos con tanta lucarna y diafragma.

Y qué os voy a contar del modelo de capas, de los pares de Cooper, del funcionamiento de transistores y semiconductores, del colectivo canónico, condensados de Bose-Fermi, fonones, plasmones, diagramas de Feyman, de las redes de Bravais, de las ecuaciones de Hamilton-Jacobi, etc. Cosas con las que uno se pelea con saña, y que dejan una profunda huella de alegría cuando se han aprendido. Y lees algún problema resuelto y te acuerdas que estuviste más de una semana para resolverlo (sí hijos, así era al menos mi carrera) y, cuando lo conseguiste, tu corazón palpitaba de alegría (un sábado, a las cuatro de la mañana, cuando tus amigos estaban bebiendo ron en la alameda); y coges un folio guarreado de un profesor carismático: una explicación al margen de la energía de fermi de su puño y letra; fotocopias de transparencias de las que ya no se usan.

Muchas ganas entonces, sin saber nisiquiera resolver una ecuación parcial de segundo orden. Es un nuevo principio de indeterminación: cuando tienes ganas no tienes conocimientos y cuando tienes conocimientos no tienes ganas. Ay, qué desastre.

Recién terminada la carrera me venían ingenieros, economistas y estudiantes de carreras afines a que les diese clase. ¿De qué?, de cualquier cosa, me leía los apuntes y sanseacabó. ¡Ay!, cómo se acomoda uno.

Qué bonita es mi carrera. Qué bien se te quedan los conceptos y la metodología (por mucho que se quiera negar el método científico existe, como un conjunto dinámico de normas consensuadas). Y de qué poquito formuleo te acuerdas cuando te dedicas a dar clases y a estudiar filosofía de la ciencia. Cada vez leo más divulgación y menos artículo especializado. Te acomodas.

Lo tengo claro, volvería a estudiar física si naciera de nuevo. Y se lo recomiendo a cualquiera que quiera estudiar una carrera de hincar poco codo y pensar mucho.

13 pensamientos en “Lo que ocurre cuando ordenas los viejos apuntes de la carrera

  1. Lo que me he reído leyendo esto, Eugenio 🙂 Ahora que estoy acabando, a veces me da por mirar apuntes y libros de los primeros cursos y me quedo alucinada al ver que asignaturas que en su momento se me dieron genial,como la Bioquímica, ahora tengo que hacer un esfuerzo para recordar «cómo se hacía» y me entra pereza, cuando en aquel entonces me tiraba las horas que hiciera falta porque disfrutaba como una enana…Ains, con lo que dices dan ganas de apuntarse YA mismo, jejejej, pena que a mí me coge algo tarde 😉

  2. Cuando acabe yo la carrera me va a pasar lo mismo. xDD Ya me cuesta recordar el álgebra de 1º como para recordar el electromagnetismo… Madre mía… xDD

  3. Y digo yo, de qué sirve estudiar tanto si con el tiempo se olvida casi todo??? xDAquí hay un fallo clarísimo del método.Yo por ejemplo aprendo más en las prácticas que en las clases teóricas.

  4. Jajaja. El otro día estábamos sentados y vi una pintada que habían hecho probablemente unos estudiantes. Decía algo así…»Aprendemos para saber. Olvidamos lo que sabemos. ¿Aprendemos para olvidar? ¿Para que estudiamos?»Seguramente sería cosa de algún estudiante de bachiller 🙂 La memoria es algo práctico, con una función evolutiva clara. Por eso la mayor tasa de recuerdo se consigue con una frecuencia elevada (muchos usos), de forma prolongada en el tiempo. De todos modos si os sirve de consuelo, no es lo mismo no acordarse que no conocer. El tiempo que uno tarda en «volver a aprender algo que ya conocía es mucho menor» que lo que tarda quien nunca lo llegó a conocer.Además, muchas cosas sí que quedan con nosotros. Cosas que marcan la diferencia entre un antes y un después para una persona.Lo que pasa que muchas veces choca lo que hemos podido olvidar, y que además sólo nos damos cuenta realmente al echar mano de los libros.Ya sabéis, escribir por aquí es una buena excusa para repasar :)Un saludo compañeros 😉

  5. dios!leyendo tu entrada casi me da un chungo!!cómo se nota que hemos sufrido con lo mismo…malditas ecuaciones diferenciales y sus teoremas de existencia y unicididad! malditas lucarnas! malditos fonones y teoría de bandas…pero en definitiva, bendita física!!!si es que me (casi) ganas de acabar las vacaciones (y eso que estoy currando en el iac)

  6. Me alegro ver a tanta gente identificada. Es verdad lo que dice Héctor: la carrera te enseña a encontrar rápidamente los contenidos en cualquier libro, en realidad el esfuerzo que hay que hacer para recordar algo no es tan grande como para aprenderlo.orofea:Currando en el IAC no sé cómo puede uno desear acabar con el verano.

  7. Vamos a ver, no te acuerdas como demonios resolver un tensor covariante (sea lo que sea eso) pero sabes que existen y que los sabías resolver bien y eso es muy importante.

  8. no es que quiera acabar con el verano…ni mucho menos dejar de trabajr en el iac, pero es que me ha entrado morriña y todo. los apuntes, la biblioteca, el mus, etc

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