La primavera sevillana está llena de encantos y olores. Entre ellos, la embaucadora esencia de la flor del naranjo: el azahar.
Fuente: AntoniAna. (flickr)
Lo interesante es que el término azar y el término azahar tienen un origen común: flor en árabe. Se explica bien en los enlaces y no merece la pena que copie, pues sería duplicar contenidos en internet. Así que ahí os dejo la captura.
Fuente: Etimologías.
Y si buscas aleatorio, puedes comprobar que viene de «alea», dado en latín. Un latinajo famoso es la expresión Alea iacta est, una locución que se atribuye a Julio César y que da comienzo a la guerra con Pompeyo. Literalmente sería «Se echó el dado», hoy la usamos para designar que «La suerte está echada».
De estas cosas que nunca me había planteado, muy interesante !
Buaaahh, fantástico, qué cruce histórico-etimológico (si se me permite la expresión) mas fenomenal, gracias 😀
Curioso, la verdad es que nunca me había planteado el origen del nombre, pero es realmente interesante que dos conceptos tan diferentes provengan de una misma palabra. Nunca dejas de sorprendernos Eugenio 😉
Otra curiosidad: las palabras "forastero" y "forestal" comparten la misma raíz latina: "foris", que significa "extraño" (o algo parecido, no me acuerdo exactamente xD)
A esta entrada sólo le falta que se puede oler el aroma del azahar.