Leo el artículo Los centros públicos de medicina alternativa de EE UU no han desarrollado ni una terapia en casi 20 años en Magonia. Y un tweet de @CinciaKanija (mente rápida donde las haya) lo deja más claro todavía:

Del artículo de Luis Alfonso Gámez me quedo con una frase de Steben Salzberg:

«Estas dos organizaciones usan dinero de nuestros impuestos -y lo quitan a la investigación biomédica real- para apoyar algunas de las más ridículas pseudociencias».

Sigamos gastando dinero en agua milagrosa y pastillitas de azúcar, pues 20 años no es nada. Que sigan buscando, probando y falseando datos. Pero luego no me venga con que hay crisis, ni se extrañen cuando les digan curanderos.