Un parque de atracciones muy nuclear

Cuando estudiaba la asignatura de «Física para el tratamiento y el diagnóstico en Medicina» me contaban los experimentados que antiguamente había una técnica de diagnóstico llamada «Resonancia Magnética Nuclear». Hoy podemos ver en nuestros hospitales la «Resonancia Magnética». Son la misma cosa. Parece ser que se le tuvo que quitar el segundo apellido de Nuclear porque sonaba mal. Este miedo a lo nuclear no ha terminado y parece que no terminará nunca, ya sea por desinformación o por exceso de la misma. Siguiendo esta línea, me declaro a favor de la energía nuclear, aunque pueda llegar a entender los miedos que una persona pueda tener al respecto. Puedo entender los miedos de una persona informada, no de una persona manipulada. Puedo entenderlos, pero no los comparto. No todos tenemos los mismos miedos. Me gustó mucho la trilogía adolescente Divergentes, sobre todo en este aspecto: cada persona tiene sus miedos. Y muchos miedos son irracionales, a pesar de que los razonemos, un miedo es un miedo.


Uno de los miedos de Cuatro es la altura. Esta noria aparece en la versión cinematográfica de Divergentes, es una atracción real emplazada en Chicago. Créditos: «Giant Wheel Navy Pier Chicago«. Licensed under Public Domain via Wikipedia.

Los miedos

Este miedo por lo nuclear ha llevado al abandono de la energía nuclear como alternativa para producir electricidad. Alemania, por ejemplo, ha llegado a estar en la cresta de la ola en uso de energía nuclear. Sin embargo, desde el año 2000 la fiebre antinuclear se ha ido haciendo con los distintos partidos políticos (no solo los ecologistas) y ya en 2011 la física (y canciller de Alemania, todo hay que decirlo) Angela Merkel anunciaba el cierre de todas las centrales con fecha tope de 2022. Todos los miedos son respetables, así que desastres como el de Fukushima ha hecho que más del 70 % de la población germana esté a favor de estos cierres. Por cierto, en Alemania la homeopatía es algo común. Así son los miedos.

Pero estos temores no son nuevos. Ya en los años ochenta había presiones políticas en Alemania. El SNR-300 fue un reactor reproductor rápido que nunca llegó a funcionar. A pesar de que en 1985 ya estaba listo, los accidentes de Three Mile Island (EEUU, 1979) y de Chernóbil (Ucrania, 1986) llevaron a que la presión mediática consiguiera el cierre en 1991 (no se puede hablar de desmantelamiento, pues esta central nunca operó).

Concentración anti-nuclear en Bonn, Alemania, el 14 de octubre de 1979, tras el accidente de Three Mile Island. Créditos: «ANTIAKW» by Hans Weingartz (Leonce49 at de.wikipedia) – Own work. Licensed under CC BY-SA 2.0 de via Commons.

El parque de atracciones

El SNR-300 no ha desaparecido del todo, está en la localidad de Kalkar, al oeste del país. Hoy se ha convertido en un parque de atracciones, el Wunderland Kalkar. Aunque se demolieron varias zonas, se mantuvo la torre de refrigeración, la cual sirve hoy para dar cabida a una de las atracciones. Muchos miedos son irracionales, pues se basan en experiencias cercanas que marcan de por vida. Es irónico que una central nuclear se haya transformado en un bonito parque de atracciones, es irónico que se haya sustituido el miedo a lo nuclear por el miedo a las alturas. Si no, que se lo digan a Cuatro, uno de los protagonistas de Divergentes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*