La Venus de la química

Esta entrada participa en la iniciativa #WomeninStem #Juevescientíficas

Una de las obras pictóricas más conocidas en el régimen de Napoleón I (1769-1821) es Retrato de Napoleón en su gabinete de trabajo, del francés Jaques-Louis David (1748-1825). Otras obras famosas de este pintor son Napoleón cruzando los Alpes (con cinco versiones) y La consagración de Napoleón y la coronación de Josefina.

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«Napoleón en su gabinete de trabajo», Jaques-Louis David. Museo Nacional de Arte (Washington, EEUU)

Jaques-Louis David tuvo una vida muy ocupada, viajó, estudió a los grandes artistas, participó en la revolución y, además de otras ocupaciones, fue profesor particular de pintura. Entre sus alumnas encontramos a una poco conocida Marie-Anne Pierrette Paulze (1758-1836). En 1761, cuando Marie-Anne tenía tres años, quedó huérfana de madre. Su padre, Jacques Paulze, era un aristócrata francés que quería una buena educación para su hija, así que durante la década de 1700 delegó su aprendizaje a un convento, rodeada de otras mujeres. La desgracia estuvo a punto de cernirse sobre una niña de trece años, pues en 1771 le fue arreglado matrimonio con el Conde de Amerval, de cincuenta años, a quien ella se refirió como «un estúpido, un rústico insensible y un ogro». El padre, comprensivo con su hija, encontró un candidato perfecto, su amigo Antoine-Laurent de Lavoisier (1743-1794), de veintiocho años de edad, el conocido como «padre de la química». Se casaron en diciembre de 1771 y se sabe que el matrimonio cayó redes del amor en poco tiempo, no tuvieron problemas económicos y no dejaron descendencia.

Dibujo de Marie-Anne en el que aparece Lavoisier realizando experimentos sobre la respiración humana y ella misma tomando anotaciones.

Dibujo de Marie-Anne en el que aparece Lavoisier realizando experimentos sobre la respiración humana y ella misma tomando anotaciones.

Marie-Anne comenzó rápidamente a tomar interés en las investigaciones científicas de su marido, tanto es así que Jean Baptiste Bucquet (1746-1780), un científico francés amigo y colaborador de Antoine, tutorizó la enseñanza de la química de Marie-Anne. En 1775, tras la coronación de Luis XVI, Lavoisier fue nombrado como uno de los cuatro directores estatales de la Administración de la Pólvora. Por esta razón el matrimonio tuvo la oportunidad de mudarse a París y construir allí un laboratorio en el propio arsenal. Es en te momento cuando Marie-Anne se convierte en colaboradora de su marido, en asistente, traductora, editora y secretaria. Comienzo entonces a estudiar pintura con el pintor Jaques-Louis David para poder ilustrar los libros de Lavoisier. En realidad ella tomo un papel participativo, nunca secundario, prueba de ello es que 1787 acompañó incluso a su marido a un viaje hacia Orleans para estudiar nuevos tipos de pólvora, viendo así la química en acción. Un año después, Jacques-Louis David dejó reflejado al matrimonio en su famosa obra Retrato de Antoine Lavoisier y su esposa. El artista supo romper todos los tópicos de la época al representar a Marie-Anne en primera posición, de pie, con una blancura diamantina que reclama toda la luz de la escena. La obra está expuesta de manera permanente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, en la galería 614.

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«Retrato de Antoine Lavoisier y su esposa», Jaques-Louis David. Museo Metropolitano de Arte (Nueva York, EEUU).

Los trabajos de Marie-Anne

Tal vez el trabajo más significativo de Marie-Anne es el conjunto de trece grabados para el libro Tratado Elemental de Química (1789), que es considerado como la primera obra de la química moderna. Se trata de dibujos de instrumental de laboratorio: embudos, frascos, calorímetros, aparatos de filtrado, sifones, etc. Puedes encontrar los grabados en Gallica y en el sitio http://othmerlib.chemheritage.org.

Grabado1

Dibujos realizados por Marie-Anne. Al pie, a la derecha, aparece su apellido Paulze.

Portada del libro «Tratado elemental de la química»

Portada del libro «Tratado elemental de la química».

Otra de las importantes contribuciones a la química de Marie-Anne tiene que ver con sus conocimientos de idiomas, sabía leer inglés, latín y alemán, además de su lengua materna, el francés. Entre otras, tradujo del inglés al francés el «Ensayo sobre el flogisto» del irlandés Richard Kirwan (1733-1812). Gracias a esta traducción Lavoisier y sus colegas entraron en una correspondencia sobre la teoría del flogisto, al final el propio Kirwan acabó abandonando sus propias ideas sobre el flogisto.

Combustión del espíritu del vino, en la obra «Memorias de Química y de Física».

Combustión del espíritu del vino, en la obra «Memorias de Química y de Física».

La marcha sobre Versalles
El 5 de octubre de 1789 Marie-Anne se dirigía en un carro para encontrarse con su marido, con el fin de discutir unas cuestiones científicas. Un grupo de mujeres la obligaron a bajar para unirse a ellas en la protesta. Estamos en el núcleo de la revolución francesa y el matrimonio era uno de los puntos de mira, pues, de alguna manera, representaban el régimen anterior. A pesar de que Antoine había abandonado su participación activa en las disputas políticas, en 1793 fue acusado por Antoine Dupin y detenido posteriormente. El 8 de mayo de 1794 Antoine-Laurent Lavoisier, junto a su suegro, Jaques Pauzle, fueron guillotinados por su supuesta implicación en la Ferme Genérale. Todos los bienes de Lavoisier fueron confiscados, pero Marie-Anne pudo reunir notas y cuadernos para acabar publicando las «Memorias de Química», en 1803. El laboratorio también fue destruido, aunque gracias a aquellos trece grabados de Marie-Anne, hoy podemos contemplar en el Musée des arts et métiers de París una representación exacta del instrumental usado por el matrimonio.

Reconstrucción del laboratorio de Lavoisier, a partir de los grabados de su esposa.

Reconstrucción del laboratorio de Lavoisier, a partir de los grabados de su esposa.

 

Entre científicos
Tras un periodo de depresión por la muerte simultánea de su marido y su padre, Marie-Anne se casó de nuevo, con el científico estadounidense Benjamín Thompson (1753-1814), Conde de Rumford. Este matrimonio no tuvo mucho éxito, se divorciarían cuatro años después. Es más, Marie-Anne conservó siempre el apellido de su primer marido. Tanto en el primer matrimonio, como en el segundo como en el resto de su vida (murió el 10 de febrero de 1836), Marie-Anne Pierrette Paulze estuvo rodeada de científicos y ayudó a popularizar la ciencia, especialmente la química. Vivió en una época en la que la mujer ocupaba un segundo plano, con total seguridad hoy habría aparecido en los libros de química como una científica importante. Como dijo la alquimista Marie Meurdrac (1610-1680):

«La mente no tiene sexo y si las mentes de las mujeres fueran cultivadas del mismo modo que la de los hombres, y con toda la energía usada para instruir las mentes de ellos, todas las mentes serían iguales».

El exilio de Jaques-Louis David
Volvamos al personaje del principio, el pintor Jaques-Louis David. Tras la nueva entrada de los Borbones en el poder, el artista tuvo que exiliarse, pues había sido un conocido revolucionario. Podemos preguntarnos si alguna vez pensaría en aquella mujer que aprendía con voracidad a pintar aparatos de laboratorio, si pensaría en que la participación de Marie-Anne fue crucial para construir una nueva química, si pensaría en que dejó reflejado a Napoleón, pero también a los padres de la química. Porque si Lavoisier es considerado el padre de la química, Marie-Anne debe ser considerada la madre de la química.

La última obra de Jaques-Louis David data de 1824, un año antes de su muerte. En Marte desarmado por Venus y las Gracias el dios de la guerra Marte es despojado de sus armas con satisfacción, embargado por los encantos de Venus. En la iconografía clásica Marte y Venus son la pareja ideal; qué bonito habría sido si el pintor recordase en aquellos días a Marie-Anne Pierrette Paulze y a Antoine-Laurent de Lavoisier, aquella la Venus que despoja de las armas del monopolio masculino del conocimiento a un Marte entregado y fundido por ese Cupido que le descalza. Y las tres gracias, que algunos ven como gracia de dar, de aceptar y de devolver, unas virtudes que tuvieron cada uno de los miembros de esta ecuación truncada por el filo de la cuchilla.

«Marte desarmado por Venus y las Gracias», Jaques-Louis David. Museos reales de Bellas Artes de Bélgica (Bruselas, Bélgica).

«Marte desarmado por Venus y las Gracias», Jaques-Louis David. Museos reales de Bellas Artes de Bélgica (Bruselas, Bélgica).

 

Referencias

KASS-SIMON, «Women of Science: Righting the Record», University Press (1990)

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