El falso alunizaje: Si no hubiésemos llegado a la Luna lo sabríamos desde 1973

Las ideas conspirativas han acompañado al ser humano desde que vive en sociedad. Organizaciones secretas que mueven los hilos sin el concurso del resto de seres humanos. El problema es cuando estas ideas son obstáculo para comunicar lo que realmente ha pasado de verdad respecto a un evento concreto. La llegada del ser humano a la Luna hace ahora 50 años es una maravilla técnica que debería divulgarse en todo su esplendor y no tener que perder tiempo en callar bocas. Sin embargo es cierto que ha habido algunas conspiraciones a lo largo de la historia. La pregunta es, ¿cuánto tiempo puede mantenerse una conspiración?

El matemático David Robert Grimes desarrolló en 2015 un ingenioso modelo matemático para estimar cuánto tiempo podría estar en pie un conspiración concreta. Su estudio lo publicó bajo el título On the Viability of Conspiratorial Beliefs, en PLOS ONE. Grimes tuvo en cuenta muchos factores que darían lugar a que la conspiración cayese por su propio peso. Se basó en ejemplos conocidos, explorando los factores que daban lugar a éxito o fallo. Analizó en su estudio las conocidas y supuestas conspiraciones del falso alunizaje, del engaño del cambio climático, de los peligros de la vacunación y de la ocultación de la cura del cáncer. Las conclusiones de Grimes es que todas estas conspiraciones son propensas al fracaso.

En el artículo se asume que la persona que conspira trabaja en un principio para ocultar la actividad. Es obvio. Sin embargo, la más mínima fuga de información ya sería suficiente para exponer la conspiración al gran público. Esta fuga puede ser intencional (denuncias o deserción) o accidental (errores a la hora de comunicar la información). Aquí solo se tienen en cuenta factores intrínsecos, para nada un agente externo que desvele la trama. Fuera películas.

No hacemos aquí el análisis matemático, aunque avisamos que es bastante sencillo para alguien acostumbrado a manejar funciones básicas (nivel 2º Bachillerato o primero de carrera). Solo un par de apuntes sobre las variables que tiene en cuenta: número de errores por unidad de tiempo (cuántas veces se caga, con una vez es suficiente), número de conspiradores como función del tiempo (cuánta gente participa en el engaño) y mortalidad humana (porque los conspiradores van cascando y se llevan el secreto a la tumba). En la siguiente gráfica muestra la comparativa de si la función muestra conspiradores al estilo Jordi Hurtado (no mueren), usando el decaimiento de Gompertzian (van muriendo según la mortalidad observada) o usando un decaimiento exponencial (dividiendo la población a la mitad cada diez años, en plan exterminio). Se ha tomado una muestra de 5000 conspiradores.

En el caso de Gompertzian vemos que las posibilidades de que la conspiración se revele llega a un máximo en torno a los 29 años, pero luego decae a medida que los conspiradores mueren. Pero si los conspiradores son eliminados desde fuera (exponencial) el máximo estaría en 14 años. La línea azul representa a una conspiración realizada por la familia de Jordi Hurtado, con el tiempo se desvelaría todo.

Una vez elegido el modelo matemático, Grimes afirma que hay que ser realistas a la hora de elegir parámetros de inicio. Para ello se basa en tres ejemplos reales: el programa PRISM, el experimento de Tuskegee y el escándalo la investigación forense del FBI. A partir de la estimación de número de personas participantes en la conspiración (411.000 en el caso de la alunizaje), Grimes llega a los siguientes resultados que compartimos mediante gráficas.

Grimes da por hecho que la conspiración se ha desvelado cuando la probabilidad de fuga de información supere el 95 %. Hay que tener en cuenta que el autor ha sido conservador en el uso de parámetros, dicho de otro modo, se ha puesto en el peor de los casos. Esto significa que de las gráfica anteriores (en realidad del modelo matemático, véase el artículo) se infiere:

La conclusión es bien clara, si la llegada del hombre a la Luna hubiese sido una frase se habría sabido en menos de cuatro años.

Dicho de otro modo, un engaño como el del alunizaje en julio de 1969 en el que participaron 411.000 personas no habría pasado de abril de 1973. Claro que hemos llegado a la Luna.

 

Para saber más

Aquí puedes descargar el artículo: On the Viability of Conspiratorial Beliefs.

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