«Este y otros descubrimientos astronómicos nos sugieren, una vez más, que la Naturaleza muestra un continuo de objetos y que somos nosotros los que nos empeñamos en clasificarlos dentro de ciertas categorías.»
De la anotación ¿Planeta o enana marrón fallida?, en Neofronteras.
Siempre he tenido muy claro que la Vida es un continuo. Y siempre me ha llamado la atención esta tendencia a las clasificaciones por parte de los seres humanos.Y creo que todo viene del segundo relato de la creación en el Génesis (2, 19-20):»Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo…»Vamos que llevamos clasificando cosas y poniendo nombres más de 4.000 años. Y no vamos a parar ahora…
Qué genial exposición, Alfonso.
Me alegra que te guste, Eugenio. En el fondo, Linneo sólo estaba obedeciendo el mandato divino…
Yo también he pensado muchas veces lo que dice esa cita. Y es que en muchas ocasiones se crean grandes debates en torno a asuntos que dan más importancia a la clasificación que al hecho en sí, como hemos visto en el asunto de la definición de Plutón como planeta u otra cosa…Saludos!